Esta semana el rol que me toca desempeñar es el de crítico, que como dije anteriormente, es un papel que me gusta bastante y siempre intentaré hacerlo de la mejor manera puesto que muy a mi pesar, escribir no es lo mío.
Escoger un tema a criticar, aunque parezca mentira viviendo en el mundo en el que vivimos, es algo más complicado de lo que parece. Hoy en día todo es criticable y podrías encontrar 1000 argumentos a favor, y otros 1000 en contra y al final no saber ni siquiera qué es lo que piensas al respecto. Pero hoy en concreto me apetece hablar de la televisión; ese medio que mueve masas y que nos salva la vida el 95% de domingos de toda nuestra vida.
Bendita tele: informadora, contaminadora, manipuladora, amenizadora...y un sin fin de adjetivos que la describen. Hoy en día, gracias a Dios, encontramos todo tipo de programación así como canales especializados en un genero o tema concreto.
La verdad es que la gente es muy de criticar cosas y después verlas porque queramos o no, a pocas personas les apetece ver la reproducción de los manatís un sábado por la noche (toda mi admiración para los que si lo hagan) y nos guste o no, somos adictos al morbo. Quizás por saber que hasta los más ricos son humanos, que hay gente peor que nosotros, o por el simple hecho de reírnos un rato, pero el cotilleo en pequeñas dosis por favor. La vida de los demás es una prioridad y creo que algo que a todos nos acaba cansando.
Estamos cansados de los programas idiotizantes, que te dan todo digerido y te imponen una ideología consumista. De que nos manipulen las mentes, nos limiten la capacidad de pensar o incluso la de imaginar o soñar. Y ojo que cada uno puede ver lo que quiera, para algo hay miles de canales donde elegir, pero un servidor piensa así y bueno...que es mi blog.
Y para las escasez de innovación que abunda en nuestros días, tengo que decir que estoy orgulloso de nacer en los 90. De haber crecido con dibujos y series de calidad, con más argumentos y no repletos de violencia y vulgaridad porque así salen los niños.
Pocas cosas hay que agradecer a la televisión del siglo XXI, una de ellas es que da cabida al espectador, haciéndole protagonista, y dejándole opinar en directo e incluso con altavoz en las redes sociales, gracias por darnos importancia a los que os damos de comer.
Y es que niego a aceptar que la tele nos deshumanice, por lo menos a mi, que siempre he tenido mucha voluntad para esas cosas. Pero como siempre, allá cada uno y su cabeza, yo me quedo con lo que me llega, lo que me toca y me hace pensar, que eso si es televisión de calidad.
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